Opinión

Irán vs. Israel: Dos errores, una tragedia

Irán e Israel han cruzado una línea sin retorno intercambiando fuego directo como no se veía en décadas y nuevamente la historia se repite, pero esta vez con misiles balísticos, drones kamikaze y cadáveres civiles; aunque cada uno asegura tener la razón, lo claro es que ambos han perdido el juicio, esta es una guerra donde nadie gana y donde los muertos no distinguen banderas.

Todo se inicó el 13 de junio, cuando Israel bombardeó instalaciones militares y científicas en territorio iraní en una operación que dejó al menos 78 muertos, entre ellos altos mandos de la Guardia Revolucionaria y varios científicos vinculados al programa nuclear, el ataque fue justificado por el gobierno israelí como algo preventivo, aunque al margen del discurso oficial lo que hubo fue un golpe devastador que buscó desarticular la capacidad estratégica de Irán pero el problema es que también mató a muchas personas fuera del campo de batalla.

Desde Irán han respondido de una manera brutal, lanzando su ataque hacia Tel Aviv, Jerusalén y Bat Yam; la «cúpula de hierro», el sistema de defensa aérea de Israel ha logrado buena parte del ataque pero no ha sido totalmente efectiva ante los misiles hipersónicos dejando cuantiosos daños materiales y a la población aterrorizada; todo Israel esta en modo de emergencia.

El conflicto es injustifiable desde todo ángulo, Israel ha actuado desmesuramente al atacar infraestructura científica -no todo lo que es nuclear es para hacer bombas- e Irán ha respondido violando el derecho internacional dirigiendo su venganza hacia zonas urbanas densamente pobladas mostrando su desprecio por la vida humana.

Además de las víctimas directas producto de el conflicto, las ya de por si frágiles negociaciones diplomáticas entre Irán y Estados Unidos sobre el pacto nuclear han quedado congeladas dejando a los actores internacionales atrapados en un conflicto que puede extenderse por toda la región. Los ejércitos de países aliados de Irán ya estan moviendo mover fichas mientras los vecinos árabes observan inquietos.

Ninguna represalia podrá borrar la hipocresía de gobiernos que se llaman defensores de la vida, pero celebran cada explosión como una victoria, Irán e Israel siguen intercambiando fuego mientras el mundo observa con horror y cansancio, en Teherán hay familias que lloran a sus hijos, lo mismo ocurre en Jerusalén.

El resto del mundo una vez más, solo mira.


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