Estás leyendo bien y no, no estamos en el 2020. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha puesto “bajo vigilancia” una nueva variante del covid-19 que se estaría propagando rápidamente.
Los primeros casos se registraron en Australia durante el inicio de este mes de mayo. La detección de los casos coincide con la oleada de frío que atraviesa el hemisferio sur del mundo, en estos meses del año donde atravesamos mediados de otoño y nos perfilamos hacia el invierno.
De acuerdo con un informe de la OMS, la detección de esta variante del covid-19, a la que llamaron NB.1.8.1, es mucho más complicada que otras variaciones, ya que en la actualidad casi nadie se hace un testeo del virus que nos sumergió en una pandemia hace cinco años.
Gizmodo reseña que la seguidilla de los registros de NB.1.8.1 viene en una curva ascendente. Si tomamos a toda Australia Meridional (centro) como territorio, los casos de esta secuencia del virus aumentaron en un 10%.
Sin embargo, en zonas al sur de Australia, como Victoria o Perth habrían registros de incrementos de hasta un 40% en casos. La OMS dice que esta es una variante que se desprende de la secuencia de la Ómicron, uno de los primeros virus que salieron de los primeros covid-19, a finales de la pandemia.
Síntomas de esta nueva variante
La OMS señala que los síntomas de NB.1.8.1 son dolor de garganta, fatiga, fiebre, tos leve, dolores musculares y congestión nasal.
Las buenas noticias son que la Organización Mundial de la Salud asegura que no ha visto evidencias de que esta variante provoque enfermedades más graves, en comparación con otras variantes como la de Ómicron o la del covid-19 original.
De igual forma, es importante mantener bajo observación cada caso, ya que otros países comenzaron a registrar infectados con esta variante.
