El excanciller, Javier González–Olaechea Franco, cuestionó la designación del expremier, Gustavo Adrianzén, como embajador permanente del Perú en las Naciones Unidas.
En un post en su cuenta de X, se dirige a la presidenta Dina Boluarte y al premier Eduardo Araña, al señalar que “una embajada no debe ser un premio político y menos en el curso de un proceso electoral”, entre otros.
Este es el pronunciamiento del ex titular de la cartera de Relaciones Exteriores:
“Señora presidente:
- La designación de un representante del Perú ante las Naciones Unidas, sede Nueva York, debe recaer en una persona con las competencias indispensables para ejercer tan importante cargo.
- Hoy competencias indispensables son: ser diplomático experto en asuntos multilaterales o internacionalista con experiencia multilateral por la amplísima agenda temática y la gravedad de los recurrentes conflictos internacionales; hablar y escribir, al menos, en inglés y francés, idiomas oficiales y predominantes en las sesiones formales, en los pasillos y en los múltiples eventos sociales y políticos donde con frecuencia se negocian y definen asuntos clave para la humanidad y para el Perú.
- La designación de un embajador implica la salida de otro, resultando un alto costo para el Estado por tan corto tiempo.
- Una embajada no debe ser un premio político y menos en el curso de un proceso electoral.
- La prudencia aconseja no enervar los ánimos parlamentarios y menos cuando el señor Arana solicitará el voto de investidura ante el Congreso de la República. Por cierto, tampoco considero pertinente una designación de tales características después de la concurrencia del gabinete a cumplir con su deber constitucional.
Finalmente, los intereses permanentes del país deben estar siempre por encima de cualquier otra consideración y solo así el Perú y su gobierno podrán alcanzar los objetivos que nuestra política exterior requiere”.
