Opinión

Vejamen al pabellón nacional, por Francisco Calisto Giampietri

Un acto indignante, incomprensible por donde se le mire y que golpea la conciencia cívica y moral de la mayoría ciudadana de nuestro país acaba de producirse en el campus universitario de San Marcos.

¿Arrojar al suelo, como un trapo sucio, el pabellón nacional que flameó invicto y fue defendido con la vida por los tripulantes del monitor Huáscar, que se defendió hasta el último cartucho en Arica? ¿Qué clases de historia patria han recibido estos mozalbetes exaltados hasta el paroxismo o el idiotismo político en esa universidad, que dicho sea de paso es pública y de responsabilidad del Estado, estos jóvenes ignoran que por ese símbolo patrio que representa a la nación dieron su vida Miguel Grau, Francisco Bolognesi, Abelardo Quiñones, Alipio Ponce y muchos otros valerosos y sacrificados combatientes en una guerra infausta que sufrió el Perú?

Fuimos derrotados en la Guerra del Pacífico por la imprevisión y falta de patriotismo de los políticos de entonces, pero ante América y el mundo conservamos el honor y la gloria, gracias a ese noble sacrificio de la propia vida en el altar de la Patria.

Todo ello, lo épico del Combate de Angamos y la Batalla de Arica, toda la gesta gloriosa de Andrés Avelino Cáceres en la Breña, pero también la resistencia igualmente heroica del pueblo de Tacna, que se negó a ser engullido por fuerzas extranjeras está representada en esa bandera roja y blanca que amamos porque siempre será, por lo que representa nuestra historia, símbolo y promesa de libertad e independencia, así como de unidad entre todos los que nos llamamos peruanos.

La bandera del Perú nos representa a todos quienes estamos orgullosos de haber nacido en este territorio y honramos nuestras más nobles tradiciones y a nuestros héroes. Repito: a todos, no importa el color político.

Esos jóvenes están equivocados han sido infectados por ideologías torcidas y no se pueden amparar en la autonomía universitaria para hacer esto, pero tienen todavía una oportunidad para reparar la infamia que han perpetrado y debe ser promovida por sus autoridades: comenzando por identificar a quienes promovieron esta barbarie y someterlos a la justicia administrativa y penal, e izar la bicolor, cantando nuestro himno nacional… allí donde vejaron el pabellón nacional… ¡Despierta, Perú, despierta!