Una nueva iniciativa presentada en el Congreso plantea acortar el período de prohibición para la venta de bebidas alcohólicas en días electorales. La medida busca mantener el orden público sin perjudicar innecesariamente a los pequeños negocios, que registran pérdidas millonarias cada vez que se aplica la restricción.
A medida que se acercan las elecciones generales de 2026, el debate sobre algunas de las normas que acompañan el proceso electoral ha comenzado a tomar fuerza. Entre las propuestas recientes, destaca la presentada por el congresista Alejandro Soto, de Alianza para el Progreso, quien plantea modificar los plazos de la conocida «Ley Seca».
Actualmente, esta normativa prohíbe la venta y consumo de alcohol durante 48 horas alrededor del día de votación. Sin embargo, el legislador sugiere reducir este plazo a 28 horas, comenzando la restricción a las 8:00 p.m. del día anterior y culminando a medianoche del día electoral. La propuesta, registrada como Proyecto de Ley N.° 10993, busca reformar el artículo 351 de la Ley Orgánica de Elecciones.
Un golpe innecesario a la economía formal
De acuerdo con Soto, la duración actual de la “Ley Seca” no tiene justificación técnica suficiente y termina perjudicando a miles de pequeños comerciantes. Estimaciones preliminares señalan que las pérdidas podrían superar los 320 millones de soles por proceso electoral, considerando que en 2026 podrían realizarse hasta cuatro jornadas electorales. El impacto sería especialmente fuerte en bodegas, restaurantes y negocios que dependen de la venta de bebidas durante los fines de semana.
El legislador también advirtió que esta normativa puede fomentar la informalidad, ya que algunos establecimientos optan por seguir vendiendo alcohol de forma clandestina, sin supervisión ni control, generando riesgos mayores para el orden público.
Una mirada regional más flexible
La propuesta también busca alinear la normativa peruana con las experiencias de otros países de la región. En lugares como Argentina, México, Brasil y Chile, las restricciones son más breves y, en muchos casos, aplicadas solo durante el horario de votación o en zonas específicas. Según Soto y los impulsores de esta reforma, no existe evidencia de que acortar los horarios de prohibición incremente los incidentes electorales o afecte la transparencia del proceso.
Por el contrario, destacan que la estabilidad democrática se garantiza mejor mediante la educación cívica, la fiscalización eficiente y la confianza ciudadana, no con normas punitivas que afectan a quienes dependen del comercio para subsistir.
En busca de un equilibrio razonable
El proyecto legislativo no propone eliminar por completo la “Ley Seca”, sino adaptarla a la realidad actual, respetando tanto los principios democráticos como el derecho al trabajo. Según su autor, se trata de una medida que busca equilibrio entre el orden electoral y el desarrollo económico.
La propuesta será evaluada próximamente en las comisiones del Congreso, donde se espera un debate que considere tanto los aspectos de seguridad como los desafíos económicos que enfrentan miles de peruanos durante cada jornada electoral.