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Pataz: el rastro sangriento de alias “Cuchillo”, presunto autor de más de 30 asesinatos

Detrás de una cadena de crímenes que ha estremecido a La Libertad en los últimos tres años, el nombre de Miguel Rodríguez Díaz, conocido como “Cuchillo”, aparece con insistencia. Se trata de un exsoldado del Ejército Peruano que habría pasado del uniforme al gatillo criminal, vinculado con al menos 30 asesinatos en las provincias de Trujillo y Pataz.

Uno de los episodios más atroces que se le atribuyen es la ejecución de 13 trabajadores dentro de un socavón en Pataz, crimen que incluso fue mencionado por la presidenta Dina Boluarte. Pero no es el único. La lista incluye también el asesinato de 10 vigilantes de la minera Poderosa y el de tres miembros de una familia, caso que fue posteriormente archivado por el Ministerio Público.

De las armas del Estado al crimen organizado

Rodríguez Díaz no es un desconocido para las autoridades. En 2014 ya había sido detenido con armas de fuego y relacionado con la banda “Los Chuckys”. Sin embargo, su historial más oscuro se comenzó a forjar tras su traslado a Pataz, donde —según informes policiales— se convirtió en el brazo armado de la organización criminal “La gran alianza 2”, involucrada en minería ilegal.

Un informe de la Policía Nacional, fechado el 26 de diciembre de 2023, lo vincula directamente con asesinatos cometidos con extrema violencia, muchos de ellos en el contexto de disputas por el control de zonas mineras.

El 2 de diciembre de 2023, un atentado en la minera Poderosa dejó 10 muertos y 15 heridos. Apenas dos semanas después, Rodríguez fue capturado en Casma, Áncash. Su detención dio pie a una investigación más profunda, que destapó una secuencia de homicidios presuntamente cometidos bajo su mando.

Crímenes con firma

Entre los casos documentados figura el asesinato de dos personas apodadas “Kevin” y “Pajero”, acribilladas el 9 de abril de 2022 en Zarumilla. Un año después, el 27 de abril de 2023, en la misma localidad, fue ejecutado otro sujeto conocido como “Serrano”, cuyo cadáver apareció con un mensaje escrito: “Así mueren los torcidos. Att. ‘Cuchillo JJ’”. Según la Policía, este acto fue una represalia porque la víctima habría colaborado con un operativo policial.

Otro crimen con su sello ocurrió el 15 de noviembre de 2023, cuando fue asesinado “Venao”, presunto integrante de una banda rival. Dos semanas después, el horror llegó a Trujillo: el 29 de noviembre, en la urbanización El Bosque, fueron asesinados Fidel Cueva Varas y sus hijos Loyer y Richard, este último dirigente de las Rondas Campesinas en Vijus, Pataz. Loyer había denunciado amenazas por parte de mafias ligadas a la minería ilegal.

Aunque la Policía encontró mensajes de extorsión en los que “Cuchillo” se atribuía el crimen, el caso fue archivado por la Fiscalía este año.

Fosas, silencio y deuda de sangre

La brutalidad de la organización con la que se vincula a Rodríguez alcanzó otro nivel con el hallazgo de una fosa común en Pataz. En ella, la Policía descubrió cinco cuerpos aún sin identificar, debido a la falta de insumos para realizar los exámenes forenses.

Uno de ellos podría ser Andy Hideky Bocanegra Santos, joven operario de maquinaria, según indicaron sus familiares. Bocanegra trabajaba para una empresa minera informal con presuntos vínculos con alias “Cuchillo” y, según denuncias, él y sus compañeros fueron eliminados para evitar el pago de una deuda que ascendía a S/ 150 mil.

Desde la morgue de Trujillo, sus padres y amigos claman justicia, mientras la sombra de “Cuchillo” sigue proyectándose sobre la sierra liberteña, como símbolo del avance del crimen organizado en territorios marcados por el abandono y la minería ilegal.


Comentarios

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