Opinión

Non sceleris poenas

Hace pocas horas la Titular del Tercer Juzgado Colegiado de la Corte Superior Nacional, Dra. Nayko Coronado, sentenció 15 años de prisión efectiva a los procesados Ollanta Humala y Nadine Heredia,  por la comisión del delito de Lavado de Activos, lejos están las poses desafiantes y soberbias que ostentaba la otrora “pareja presidencial” en el poder, ya no hay luces verdes que puedan validar sus equivocadas decisiones que los han llevado a una situación impensable hace una década cuando ilusionaron a la población como abanderados de una “Gran Transformación” que solo se dio para sus bolsillos.

Fueron cinco los testigos quienes durante el juicio oral refirieron haber presenciado mochilas o maletines que contenían fajos de dólares, coincidiendo en señalar a Nadine Heredia, Ollanta Humala y Martin Belaude Lossio – ex asesor presidencial y testigo clave en el proceso penal –  ir a la embajada de Venezuela, para recoger los mencionados maletines para las campañas presidenciales del 2006 y 2011 respectivamente.  

El dictamen del Tercer Juzgado Colegiado de la Corte Superior de Lima ha sido un adelanto de sentencia – técnica procesal que permite anunciar una decisión judicial y luego leer íntegramente la sentencia – ,  por lo que no es posible conocerla de manera integral y habrá que esperar su exposición pública para el análisis jurídico pertinente. Pero sin perjuicio de lo anterior, la compra de testigos en el caso “Madre Mía” demuestran de lo que era capaz Ollanta Humala en libertad para obstaculizar una óptima administración de justicia  y en el caso de Nadine, la oportuna invitación a trabajar en la FAO sin seguir trámites regulares, así como declarar públicamente que la firma en sus conocidas agendas no era de su autoría – la pericia grafo técnica demostró lo contrario – demuestran su falta de credibilidad, a todo esto hay que agregar el innegable desbalance patrimonial por dinero ilícito proveniente de Brasil y Venezuela, todo ello indicativo de ser autores de la comisión del delito de Lavado de Activos que se les imputo.  

Paradójicamente, “La gran transformación” fue el slogan de campaña de Ollanta y Nadine quienes durante sus cinco años de gobierno se dedicaron a perseguir a su nemesis Alan Garcia, acusándolo de corrupto y creando comisiones investigadoras con nombre propio, concluyendo que nunca hubo desbalance patrimonial en el fallecido ex presidente, algo así como un ladrón acusando a otros del delito que él está cometiendo para desviar la atención.

Se dice que la justicia tarda pero llega y el inicio de esta Semana Santa lo está demostrando, ya con Toledo y los Humala en prisión solo faltan Susana Villarán y  Martín Vizcarra para que el poker de estos miserables fariseos esté completo; es momento para que los políticos o los que juegan a serlo sepan que los delitos nunca quedan impunes, que el corruptor y el corrompido tarde o temprano siempre serán castigados, que el bien – aunque le cueste – siempre prevalecerá sobre el mal, y que tal como sostenían los filósofos griegos:  “NON SCELERIS POENAS” (“El crimen no paga”).


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