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Conferencia Episcopal desmiente a Juan Luis Cipriani y respalda sanciones del Vaticano

La Conferencia Episcopal Peruana (CEP) ha respondido al cardenal Juan Luis Cipriani, quien días atrás solicitó una rectificación por parte de los obispos tras el pronunciamiento institucional que reconocía las sanciones impuestas por el Vaticano en su contra. Lejos de retractarse, la CEP reafirmó su posición y calificó dichas sanciones como expresión de una “exquisita caridad pastoral”.

El cardenal Cipriani, actualmente residente en Madrid, remitió una carta el pasado 28 de marzo en la que cuestiona que se le vincule con medidas disciplinarias del Vaticano relacionadas con una acusación de abuso sexual ocurrido en 1983, denuncia que ha salido a la luz recientemente y cuya víctima ha preferido mantener el anonimato.

En su respuesta, la Conferencia Episcopal recordó que las medidas impuestas siguen vigentes, tal como lo confirmó el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni; estas incluyen restricciones a su actividad pública, el uso de insignias eclesiásticas y la residencia en un lugar determinado, decisiones que —según informó el Vaticano— fueron aceptadas por el propio Cipriani.

Aunque la CEP reconoce que el cardenal tiene derecho a defenderse, también subraya que existe un decreto canónico que no puede ser ignorado y reiteró su cercanía con todas las víctimas de abusos dentro de la Iglesia, invocando palabras del Papa Francisco: “El dolor de las víctimas y sus familias es también nuestro dolor”.

Cipriani por su parte asegura que no ha tenido la oportunidad de ejercer su defensa en un juicio justo, sostiene que las acusaciones en su contra se basan en “indicios” y denuncia que el proceso ha carecido de pruebas, testigos y garantías mínimas. También critica que se relacione su renuncia al arzobispado de Lima en 2019 —tras cumplir los 75 años— con las medidas disciplinarias, señalando que el decreto que las impone fue emitido once meses después de dicha renuncia.

Finalmente, la Conferencia Episcopal reiteró su compromiso con una Iglesia segura para todos y llamó a los fieles a orar tanto por la víctima como por el propio Cipriani, en un esfuerzo por promover un ambiente de reconciliación, justicia y verdad.