Hace unas 3 semanas les contaba un par de anécdotas de un gran ídolo aliancista, el inigualable Perico León y hoy día me quería referir a la gran hinchada aliancista, a quien en mi concepto, también se le debería rendir algún tipo de homenaje en este Centenario.
Normalmente me reúno con muchos amigos “futboleros” (incluso de otras tiendas) y pasamos buen tiempo conversando y discutiendo de fútbol. Obviamente cada uno defiende sus argumentos y muchas veces no llegamos a ponernos de acuerdo. Sin embargo hay un punto el cual yo defiendo hasta con los dientes y es el referido a las hinchadas; allí si que no acepto que alguien me contradiga, pues la hinchada del Alianza es única y la más grande.
Vuelvo a indicarles (para tener una mejor perspectiva del tiempo) que voy al estadio desde finales de 1966 y aún a mi corta edad podía distinguir que mientras “ese otro equipo” tenía su bastión en la tribuna de Oriente en donde incluso se distinguía una barra organizada, el apoyo a la blanquiazul, partía mayoritariamente de las tribunas populares (Norte y Sur), mientras que la tribuna de Occidente se podía decir que era 50-50. Por esa época Alianza no contaba con una barra organizada, pero era notorio el gran apoyo que recibía de las tribunas y que se hacia más evidente en momentos claves como la salida a la cancha, cuando anotaba un gol o cuando algún genio de la época (llámese Perico, Pitín o un naciente “Nene” Cubillas) realizaba algún malabar con la pelota.
Yo siempre he pensado que todas las personas “normales” son hinchas del Alianza pues es el equipo que mejor encarna los sentimientos humanos (alegría, sufrimiento, esperanza, amor, etc.); basta que alguien sufra algún problema de identificación (complejos, “arribismo”) o simplemente ser un huachafo para que se vayan para la vereda del frente. Vean ustedes a la gran mayoría de hinchas aliancistas y verán que es gente que está orgullosa de sus raíces, gente de sentimientos nobles, etc. , y no se si a ustedes les ocurre pero muchas veces conversando con alguien, me basta una conversación y “de saque” ya se que es aliancista y francamente me equivoco muy pocas veces
Cuando se habla del hincha aliancista siempre se le relaciona con alegría, espontaneidad, salsa, festejo, exigencia para ganar gustando y no ganar por ganar. Esta, definitivamente es la razón por la que no obstante haber tenido 18 años de sequía, la hinchada aliancista no solamente se mantuvo sino que creció, y mientras los sociólogos se rompían la cabeza estudiando este caso, los hinchas aliancistas sabíamos que la respuesta era muy fácil: Alianza es un sentimiento, mucho más allá de un campeonato.
Es por esto que, por poner un ejemplo, apenas se organizó una barra en Sur, ésta creció rápidamente y a diferencia de otras barras, sin necesidad de tener dirigentes-padrinos (a quien le caiga el guante que se lo chante). El Comando Sur creció en tales proporciones que incluso llegó hasta la tribuna Norte, y de habérselo propuesto, nunca hubiera existido esa otra barra que es más publicidad que otra cosa.
Durante buena parte de mi vida, fui asistente de Sur, luego pasé a Occidente y ahora voy con regularidad a Oriente y en todas las tribunas siempre he sentido ese calor humano que solamente un aliancista puede transmitir. El abrazarse con alguien que no conoces, pero que sabes que es tu “hermano” aliancista, es un sentimiento indescriptible. Muchas veces por ejemplo cuando se juega en días laborables he llegado corriendo al estadio, directamente desde la “chamba” y me he emocionado al ver a todo tipo de gente: universitarios con sus libros bajo el brazo, obreros con uniforme y todo, profesionales bien al terno, etc. todos corriendo para no llegar tarde y poder ver a “su” Alianza querido, lo que demuestra que el amor por Alianza no tiene diferencias económicas, sociales ni nada. Vean ustedes la cantidad de cracks que han pasado por la blanquiazul, pero solamente los que se han ganado a la hinchada son los que han legado a la categoría de “ídolos”.
Por esto y muchas otras razones más, creo que la gran hinchada aliancista, también es parte de este Centenario y se le debe dar el crédito que se merece. No nos olvidemos amigos, somos hinchas del glorioso Alianza Lima, siempre debemos estar orgullosos de serlo, aunque los resultados deportivos a veces no nos acompañen, debemos alentar hasta quedarnos roncos, no somos la mitad más uno, sino el Perú menos algunos y en todo momento debemos hacer sentir el popular: ARRIBA ALIANZA, toda la vida