El ministro del Interior, Juan José Santiváñez, se ha pronunciado a favor de que los menores de 17 años que cometan delitos graves, como el reciente ataque a un efectivo de la Policía Nacional del Perú (PNP) por parte de un barrista, sean sometidos a prisión en lugar de ser enviados a centros de rehabilitación juvenil. Este pronunciamiento llega tras el incidente en Surco, donde un suboficial de la PNP fue golpeado en la cabeza con una piedra por un joven de 17 años, quien fue detenido y está siendo investigado.
El ataque ocurrió cuando el policía, identificado como Jhon Smith Tucunango Tapia, acompañaba a un grupo de hinchas del club Universitario de Deportes hacia el Estadio Monumental, y fueron interceptados por barristas de Alianza Lima. El suboficial fue trasladado a un hospital, donde su estado de salud ha mejorado, mientras el agresor enfrenta cargos por el ataque.
Santiváñez expresó su preocupación por el hecho y destacó la necesidad de una reforma legislativa que permita procesar a los menores que cometan actos delictivos con la misma severidad que a los adultos. El ministro subrayó que los jóvenes de esta edad ya tienen la capacidad de discernir entre el bien y el mal, por lo que las sanciones deben ser más estrictas. «Las piedras matan», dijo, haciendo referencia a la violencia del acto.
El Congreso de la República está considerando un dictamen que propone que los adolescentes de 16 y 17 años sean declarados imputables por sus delitos, lo que permitiría procesarlos como adultos. La propuesta ya fue aprobada en primera instancia y está pendiente de ratificación. De ser aprobada, Perú se convertiría en el primer país de América Latina en adoptar una medida de este tipo.
Sin embargo, la iniciativa ha generado polémica. Organizaciones como Unicef han manifestado su preocupación por el impacto que esta medida tendría en los derechos de los menores, recordando los compromisos internacionales de protección infantil firmados por Perú. Además, algunos expertos aseguran que no existen datos suficientes que demuestren que enviar a los jóvenes a prisión realmente disminuye los índices de delincuencia.